domingo, 20 de febrero de 2011

El MICC

Los primeros días en Canadá nos pasó algo muy curioso, la mente se nos nubló con todo lo que respecta a las diligencias que hay que hacer, por mas de que las habíamos preparado, no recordábamos nada de lo que tocaba hacer, o al menos el orden en el que se recomendaba hacerlas.

Un día decidimos tomar camino al MICC de St Lambert, sin una cita previa. Llegamos allá, hicimos una mini fila y cuando fue nuestro turno le dije a la señora: “acabamos de llegar a Canadá!”. Ella se quedó mirándome con las cejas arqueadas como esperando saber algo mas… yo no sabia que mas decirle, el momento se sintió eterno debido al silencio, hasta que ella dijo: “quieren una cita de bienvenida?” y asentimos. Nos pactaron una cita, en la cual nos explicaron de nuevo las cosas por hacer, además de ayudarnos a llenar algunos formularios que aún no habíamos llenado como los de la francisación y los de la ayuda para los hijos. Además, nos invitaron a una reunión de información sobre la realidad socio-económica de Quebec, la cual estaba pactada para la siguiente semana.

Con Mafe decidimos que fuera yo, y que ella se quedaba con Mateo.

Asistí muy puntual, nos sentamos a modo de mesa redonda, el panorama era bonito, personas de todas las etnias, razas y credos allí sentados con la misma expectativa, con un corazón lleno de sueños. Las charlas comenzaron a desarrollarse, y realmente me comencé a sentir incomodo, pues a ratos me perdía en la comunicación, había cosas que no entendía o sencillamente me sentía apabullado para hablar, pues alli había gente de Camerún, Congo, Marruecos, etc, que dominaban el francés y me hacían reflexionar sobre el nivel tan alto de competencia que había para el momento de afrontar el mercado laboral. Cuando llegó la hora del almuerzo yo había entendido que allí nos lo iban a proveer, pero comencé a ver que todos sacaban sus loncheras… menos yo. Me fui a un IGA que había frente al edificio del MICC, pero la búsqueda de almuerzo se hizo eterna, el problema es que iba con muy poco dinero y tampoco era el hecho de comer cualquier cosa, porque tenia mucha hambre. Por fin encontré una lasaña de carne a un módico precio, pero como dice el viejo y conocido refrán: “lo barato sale caro”, toda la tarde me la pase en el baño del MICC vomitando, la lasaña me había sentado realmente mal , así que decidí irme para la casa y descansar.
Al segundo día de conferencia no asistí, porque me sentía aun un poco mal, tenia dolor de cabeza y el estomago resentido. Al tercero, hubo varias charlas de diferentes regiones de la provincia y de la mano de obra que allí se necesita, yo seguía con la misma presión de ver en ocasiones lo complejo que se torna el idioma y de ver como hay gente que lo domina. Ese día hizo bastante frío, mucho mas que los anteriores, cuando me subí al bus de regreso comenzó a nevar, era la primera vez que veía nevar en mi vida, fue espectacular, me sentía como un niño, estaba muy contento, no veía la hora de ya estar en la casa y compartir ese momento con Mafe y Mateo. Llegué y ellos también estaban muy contentos.

Eso me subió el animo ese día.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola, he estado leyendo tu blog desde hace días porque tengo interés en iniciar proceso de migración a Quebec. Gracias por compartir las informaciones ya que es de gran utilidad para todos aquellos que nos animamos a migrar.

Bendiciones para tu familia.

Mariachis Bogotá dijo...

Hola estuve revisando tu blog y me parece muy interesante y entretenido, sobre todo que la información es detallada y precisa, espero que sigas posteando más temas para informarnos y comentar.