Ya llevábamos tres semanas en Canadá, todo iba andando a su ritmo, obviamente uno quería que todo fuera YA, pero no, todo tiene su tiempo y su lugar.
Eran ya tres semanas sin congregarnos y eso hace falta, pero la inquietud era saber si existían iglesias cristianas acá. Como no había a quien preguntarle, decidí mirar en internet, y dentro de mi consulta la primera que salió fue la iglesia Nouvelle Vie, y que bonita sorpresa me llevé al ver que quedaba acá mismo en Longueuil, y mas bella sorpresa aun nos dimos al entrar en su pagina web.
La reunión iba a darse el domingo en la mañana, así que ese día fui donde el sr Yves y le pedí prestada su bicicleta porque el camino aunque no era complicado, yo no conocía bien las conexiones de bus, así que opté por ir en cicla y conocer un poco mas.
Llegué a una gran edificación en medio del parque industrial de Longueuil, amarré la cicla y entré. Mi sorpresa fue inmensa, la iglesia estaba llena de gente, muy llena. Me dirigí a la recepción y les comenté que había llegado recién, entonces la señorita que me atendió llamó a un pastor y este me hizo un tour y me explicó varias cosas de la iglesia. Luego tomé asiento en medio de su inmenso salón de reuniones y me dispuse a escuchar la predicación (si, en francés!).
El mensaje fue muy bonito, la reunión fue tremenda, la alabanza me conectó de inmediato; en esos momentos comencé a comprender muchas cosas… comencé a entender el porqué de esa idea fija en nuestros corazones de venir a vivir a Longueuil y no quedarnos en Montreal, de porqué sentía yo tanta paz las veces que vine a Longueuil antes de encontrar el apartamento, de porqué todo se nos había dado de la manera como se nos había dado hasta el momento. Sentía el respaldo completo de Dios.
En medio de la ansiedad, queremos consignar nuestro camino a Itaca... sabemos que no es fácil, pero el alma quiere y necesita expresarse...
domingo, 20 de febrero de 2011
El MICC
Los primeros días en Canadá nos pasó algo muy curioso, la mente se nos nubló con todo lo que respecta a las diligencias que hay que hacer, por mas de que las habíamos preparado, no recordábamos nada de lo que tocaba hacer, o al menos el orden en el que se recomendaba hacerlas.
Un día decidimos tomar camino al MICC de St Lambert, sin una cita previa. Llegamos allá, hicimos una mini fila y cuando fue nuestro turno le dije a la señora: “acabamos de llegar a Canadá!”. Ella se quedó mirándome con las cejas arqueadas como esperando saber algo mas… yo no sabia que mas decirle, el momento se sintió eterno debido al silencio, hasta que ella dijo: “quieren una cita de bienvenida?” y asentimos. Nos pactaron una cita, en la cual nos explicaron de nuevo las cosas por hacer, además de ayudarnos a llenar algunos formularios que aún no habíamos llenado como los de la francisación y los de la ayuda para los hijos. Además, nos invitaron a una reunión de información sobre la realidad socio-económica de Quebec, la cual estaba pactada para la siguiente semana.
Con Mafe decidimos que fuera yo, y que ella se quedaba con Mateo.
Asistí muy puntual, nos sentamos a modo de mesa redonda, el panorama era bonito, personas de todas las etnias, razas y credos allí sentados con la misma expectativa, con un corazón lleno de sueños. Las charlas comenzaron a desarrollarse, y realmente me comencé a sentir incomodo, pues a ratos me perdía en la comunicación, había cosas que no entendía o sencillamente me sentía apabullado para hablar, pues alli había gente de Camerún, Congo, Marruecos, etc, que dominaban el francés y me hacían reflexionar sobre el nivel tan alto de competencia que había para el momento de afrontar el mercado laboral. Cuando llegó la hora del almuerzo yo había entendido que allí nos lo iban a proveer, pero comencé a ver que todos sacaban sus loncheras… menos yo. Me fui a un IGA que había frente al edificio del MICC, pero la búsqueda de almuerzo se hizo eterna, el problema es que iba con muy poco dinero y tampoco era el hecho de comer cualquier cosa, porque tenia mucha hambre. Por fin encontré una lasaña de carne a un módico precio, pero como dice el viejo y conocido refrán: “lo barato sale caro”, toda la tarde me la pase en el baño del MICC vomitando, la lasaña me había sentado realmente mal , así que decidí irme para la casa y descansar.
Al segundo día de conferencia no asistí, porque me sentía aun un poco mal, tenia dolor de cabeza y el estomago resentido. Al tercero, hubo varias charlas de diferentes regiones de la provincia y de la mano de obra que allí se necesita, yo seguía con la misma presión de ver en ocasiones lo complejo que se torna el idioma y de ver como hay gente que lo domina. Ese día hizo bastante frío, mucho mas que los anteriores, cuando me subí al bus de regreso comenzó a nevar, era la primera vez que veía nevar en mi vida, fue espectacular, me sentía como un niño, estaba muy contento, no veía la hora de ya estar en la casa y compartir ese momento con Mafe y Mateo. Llegué y ellos también estaban muy contentos.
Eso me subió el animo ese día.
Un día decidimos tomar camino al MICC de St Lambert, sin una cita previa. Llegamos allá, hicimos una mini fila y cuando fue nuestro turno le dije a la señora: “acabamos de llegar a Canadá!”. Ella se quedó mirándome con las cejas arqueadas como esperando saber algo mas… yo no sabia que mas decirle, el momento se sintió eterno debido al silencio, hasta que ella dijo: “quieren una cita de bienvenida?” y asentimos. Nos pactaron una cita, en la cual nos explicaron de nuevo las cosas por hacer, además de ayudarnos a llenar algunos formularios que aún no habíamos llenado como los de la francisación y los de la ayuda para los hijos. Además, nos invitaron a una reunión de información sobre la realidad socio-económica de Quebec, la cual estaba pactada para la siguiente semana.
Con Mafe decidimos que fuera yo, y que ella se quedaba con Mateo.
Asistí muy puntual, nos sentamos a modo de mesa redonda, el panorama era bonito, personas de todas las etnias, razas y credos allí sentados con la misma expectativa, con un corazón lleno de sueños. Las charlas comenzaron a desarrollarse, y realmente me comencé a sentir incomodo, pues a ratos me perdía en la comunicación, había cosas que no entendía o sencillamente me sentía apabullado para hablar, pues alli había gente de Camerún, Congo, Marruecos, etc, que dominaban el francés y me hacían reflexionar sobre el nivel tan alto de competencia que había para el momento de afrontar el mercado laboral. Cuando llegó la hora del almuerzo yo había entendido que allí nos lo iban a proveer, pero comencé a ver que todos sacaban sus loncheras… menos yo. Me fui a un IGA que había frente al edificio del MICC, pero la búsqueda de almuerzo se hizo eterna, el problema es que iba con muy poco dinero y tampoco era el hecho de comer cualquier cosa, porque tenia mucha hambre. Por fin encontré una lasaña de carne a un módico precio, pero como dice el viejo y conocido refrán: “lo barato sale caro”, toda la tarde me la pase en el baño del MICC vomitando, la lasaña me había sentado realmente mal , así que decidí irme para la casa y descansar.
Al segundo día de conferencia no asistí, porque me sentía aun un poco mal, tenia dolor de cabeza y el estomago resentido. Al tercero, hubo varias charlas de diferentes regiones de la provincia y de la mano de obra que allí se necesita, yo seguía con la misma presión de ver en ocasiones lo complejo que se torna el idioma y de ver como hay gente que lo domina. Ese día hizo bastante frío, mucho mas que los anteriores, cuando me subí al bus de regreso comenzó a nevar, era la primera vez que veía nevar en mi vida, fue espectacular, me sentía como un niño, estaba muy contento, no veía la hora de ya estar en la casa y compartir ese momento con Mafe y Mateo. Llegué y ellos también estaban muy contentos.
Eso me subió el animo ese día.
Vida en Familia
Paso la semana y nos pasamos a nuestro apartamento, el cual quedó espectacular con el cambio de pisos, realmente Dios nos estaba acompañando de una manera muy linda. Comenzamos a organizar nuestras cosas y la sensación de felicidad era tremenda, por primera vez íbamos a vivir sólo los 3 como una verdadera familia.
Obviamente no teníamos muebles ni casi nada, pero el hogar se llenaba con nuestro amor. Durante los siguientes días comenzamos a buscar las cosas pero realmente se nos salían del presupuesto pues de verdad que el bolsillo se nos resintió bastante con esas dos semanas en Montreal, pues en dos semanas se nos fue el dinero presupuestado para todo un mes…
El sr Yves nos doto de algunas cosas como cama, comedor y un sillón para la sala, pero nos estaba urgiendo mucho conseguir lavadora pues la ropa sucia de Mateo ya se contaba por montanas. Durante esos días comencé a hacer el ejercicio de buscar en Kijiji.ca y encontré un anuncio de hacia como 4 meses de un combo de lavadora y secadora de no mas de 2 años de usadas, con el sr Yves hicimos el contacto, el me prestó su bicicleta y fui a verlas. El sr que me recibió me las mostró al detalle, era un electricista que tenia su hogar impecable y se notaba que cuidaba muy bien sus cosas, además me dijo que me podía dar garantía; acordamos el precio (realmente muy económicas) y quedamos en que yo lo llamaba para cuando las pudiera ir a recoger; así fue, a los dos días conseguí un camioncito y le llamé, fui por ellas y el las tenia listas, yo le di las gracias y el me dijo: amigo, si el buen Dios existe, estos aparatos eran para ti! (cuando sabes que Quebec es una provincia donde su gente se considera atea o simplemente lejana a toda expresión de religión, te sorprenden palabras como las que él pronunció), pues resulta que él no las había vendido hasta la fecha, no por falta de clientes, sino porque él decidía a quien venderle, pues no era por dinero.
El me acompañó hasta el apto y me ayudó a instalarlas, realmente se portó muy amable.
Nosotros seguíamos construyendo esta vida familiar, y realmente fue una etapa muy bella; además el hecho de tener yo que salir a buscar las cosas, de administrar el dinero, de hacerle frente al clima (era el final del otoño y realmente es un frío que jamás habíamos experimentado) , me hacia sentir en mi rol de padre, de protector, de dador.
Obviamente no teníamos muebles ni casi nada, pero el hogar se llenaba con nuestro amor. Durante los siguientes días comenzamos a buscar las cosas pero realmente se nos salían del presupuesto pues de verdad que el bolsillo se nos resintió bastante con esas dos semanas en Montreal, pues en dos semanas se nos fue el dinero presupuestado para todo un mes…
El sr Yves nos doto de algunas cosas como cama, comedor y un sillón para la sala, pero nos estaba urgiendo mucho conseguir lavadora pues la ropa sucia de Mateo ya se contaba por montanas. Durante esos días comencé a hacer el ejercicio de buscar en Kijiji.ca y encontré un anuncio de hacia como 4 meses de un combo de lavadora y secadora de no mas de 2 años de usadas, con el sr Yves hicimos el contacto, el me prestó su bicicleta y fui a verlas. El sr que me recibió me las mostró al detalle, era un electricista que tenia su hogar impecable y se notaba que cuidaba muy bien sus cosas, además me dijo que me podía dar garantía; acordamos el precio (realmente muy económicas) y quedamos en que yo lo llamaba para cuando las pudiera ir a recoger; así fue, a los dos días conseguí un camioncito y le llamé, fui por ellas y el las tenia listas, yo le di las gracias y el me dijo: amigo, si el buen Dios existe, estos aparatos eran para ti! (cuando sabes que Quebec es una provincia donde su gente se considera atea o simplemente lejana a toda expresión de religión, te sorprenden palabras como las que él pronunció), pues resulta que él no las había vendido hasta la fecha, no por falta de clientes, sino porque él decidía a quien venderle, pues no era por dinero.
El me acompañó hasta el apto y me ayudó a instalarlas, realmente se portó muy amable.
Nosotros seguíamos construyendo esta vida familiar, y realmente fue una etapa muy bella; además el hecho de tener yo que salir a buscar las cosas, de administrar el dinero, de hacerle frente al clima (era el final del otoño y realmente es un frío que jamás habíamos experimentado) , me hacia sentir en mi rol de padre, de protector, de dador.
domingo, 6 de febrero de 2011
Sr Yves
Un hombre alto rubio me recibió en la puerta, se le veía contento de verme, me hizo pasar y me mostró el apartamento de él… de él???? Yo no sabia que la cita era para ver el apartamento de él, y en realidad el estaba buscando quien lo tomara, pero dentro de un mes y nosotros lo necesitábamos YA!, además el precio se nos salía del presupuesto. Yo le explique todo eso y el vio la tristeza en mi rostro y me dijo que esperara, me invitó a almorzar, conversamos de muchas cosas y luego hizo una llamada.
Al rato sonó su citófono y me dijo: ponte la chaqueta que nos vamos!!!…. -Nos vamos??? - pensé yo, - a donde!!!???-
Igual lo seguí, me presentó dos amigas, nos subimos al carro de una de ellas y arrancamos nuestro largo viaje de… 2 cuadras. Nos bajamos en un bonito y modesto edificio y al rato llegaron una pareja ya mayores de edad que hablaban un francés con acento italiano. Entramos a ver el apto, y la verdad no era lo que yo esperaba, pues el piso de la habitación principal estaba levantado por culpa de una humedad, y el de la cocina era en caucho negro y no era lo mas bonito que haya yo visto. Me preguntaron que si lo quería tomar, pero soy un hombre de decisiones lentas, así que les dije que quería que mi esposa también lo viera para entre juntos tomar una decisión, ellos apenas se miraban entre si y concertamos otra cita para el sábado.
De regreso al apartamento del Sr Yves, el me decía que esa era una muy buena oportunidad, porque el precio estaba dentro de lo que yo buscaba, además que en esa época del otoño es muy difícil encontrar buenos apartamentos. Al salir de su casa, me puse de rodillas y le dí gracias a Dios por todo lo que habia pasado ese día, además le pedí que si ese era el apartamento que El quería para nosotros, nos diera una señal.
El sábado regresamos ya con Mafe y Mateo, llegamos a la hora convenida, de nuevo llegó la pareja italiana, les presenté a Mafe y vimos el apto de nuevo, yo no hacia sino mirar la cara de Mafe, quien al ver el mismo problema de los pisos se le vislumbraba la tristeza y la frustración en el rostro… al ver eso, en mi mente le volví a pedir a Dios que nos diera una señal, en esas llegó Gustavo, un amigo peruano del sr Yves, que nos iba a ayudar traduciéndonos cualquier cosa que no entendiéramos, el sr Yves nos lo presentó y el comenzó a escuchar lo que decían los propietarios que hablaban y hablaban en su italo-frances hasta que nos dijeron algo que no entendimos, pero Gustavo nos tradujo que: -Si queríamos tomar el apartamento, podíamos separarlo pagando la mitad en ese momento, pero que solo nos podíamos pasar a vivir allí hasta dentro de una semana, porque ellos habían decidido hacer el arreglo de la humedad y cambiar los pisos totalmente-
…. Sin palabras.
Solo faltaba un pequeño detalle: una semana mas donde Gail?? Nos iba a salir demasiado costoso!. El sr Yves lo resolvió ofreciéndonos hospedaje en su apartamento durante esa semana a solo 100 Cads.
Al rato sonó su citófono y me dijo: ponte la chaqueta que nos vamos!!!…. -Nos vamos??? - pensé yo, - a donde!!!???-
Igual lo seguí, me presentó dos amigas, nos subimos al carro de una de ellas y arrancamos nuestro largo viaje de… 2 cuadras. Nos bajamos en un bonito y modesto edificio y al rato llegaron una pareja ya mayores de edad que hablaban un francés con acento italiano. Entramos a ver el apto, y la verdad no era lo que yo esperaba, pues el piso de la habitación principal estaba levantado por culpa de una humedad, y el de la cocina era en caucho negro y no era lo mas bonito que haya yo visto. Me preguntaron que si lo quería tomar, pero soy un hombre de decisiones lentas, así que les dije que quería que mi esposa también lo viera para entre juntos tomar una decisión, ellos apenas se miraban entre si y concertamos otra cita para el sábado.
De regreso al apartamento del Sr Yves, el me decía que esa era una muy buena oportunidad, porque el precio estaba dentro de lo que yo buscaba, además que en esa época del otoño es muy difícil encontrar buenos apartamentos. Al salir de su casa, me puse de rodillas y le dí gracias a Dios por todo lo que habia pasado ese día, además le pedí que si ese era el apartamento que El quería para nosotros, nos diera una señal.
El sábado regresamos ya con Mafe y Mateo, llegamos a la hora convenida, de nuevo llegó la pareja italiana, les presenté a Mafe y vimos el apto de nuevo, yo no hacia sino mirar la cara de Mafe, quien al ver el mismo problema de los pisos se le vislumbraba la tristeza y la frustración en el rostro… al ver eso, en mi mente le volví a pedir a Dios que nos diera una señal, en esas llegó Gustavo, un amigo peruano del sr Yves, que nos iba a ayudar traduciéndonos cualquier cosa que no entendiéramos, el sr Yves nos lo presentó y el comenzó a escuchar lo que decían los propietarios que hablaban y hablaban en su italo-frances hasta que nos dijeron algo que no entendimos, pero Gustavo nos tradujo que: -Si queríamos tomar el apartamento, podíamos separarlo pagando la mitad en ese momento, pero que solo nos podíamos pasar a vivir allí hasta dentro de una semana, porque ellos habían decidido hacer el arreglo de la humedad y cambiar los pisos totalmente-
…. Sin palabras.
Solo faltaba un pequeño detalle: una semana mas donde Gail?? Nos iba a salir demasiado costoso!. El sr Yves lo resolvió ofreciéndonos hospedaje en su apartamento durante esa semana a solo 100 Cads.
sábado, 5 de febrero de 2011
Yo quiero mi milagro
Mientras estábamos en la casa de Gail, en Montreal, el dinero se nos estaba yendo como quien lo tira por el sanitario, pues definitivamente el costo de vida es diferente al que estábamos acostumbrados. Además, como no encontrábamos rápido apartamento nos tocó seguir otra semana mas con Gail y pues su precio estaba bien por una semana, ya dos se hacia un poco costoso, pero ni modo, tocaba. Un amigo de ella nos mostró un apartamento 3-½ en Verdun, yo había leído al respecto de ese barrio y la verdad no tenia las mejores referencias, pero era el primer apartamento que podíamos ver y pues el precio no estaba muy alto… pero no, no nos convencía, Mafe estaba un poco presionada y me decía que lo tomáramos, yo le hice caer en cuenta que el contrato era por un año y que puede que ahorita por el afán se vea como una buena opción, pero con el tiempo esa decisión se nos puede volver en nuestra contra. Con una tímida Fe le dije: yo se que Dios nos va a dar algo muy lindo para los 3.
Obviamente yo también estaba preocupado por ello, por el tema de la vivienda, pero tenía Fe de que Dios tenia algo para nosotros (en quien mas podíamos confiar?). Y ahí fue cuando todo comenzó a pasar. Ali, uno de los co-locatarios de la casa de Gail, nos preguntó si ya habíamos encontrado apartamento, le dije que no, pero que nos gustaría mas en Longueuil (hasta la fecha no conocíamos Longueuil, pero era una idea casi obsesiva que yo tenia en la cabeza), el nos ofreció su computador para que miráramos y buscáramos apartamentos en Longueuil vía internet; lastimosamente su desinteresada acción no tuvo repercusión, pues a los que llamábamos nos decían que ya habían sido arrendados o caíamos en el “Lost in Translation”.
Varias personas nos contaban sus historias de cómo habían encontrado apartamento y demás, esa noche yo le decía a Dios: quiero mi milagro!!!
Al día siguiente decidimos irnos a Longueuil por nosotros mismos a ver si personalmente era mas sencillo que por teléfono. Tan pronto salimos del terminal, yo sentí una paz inmensa, y con Mafe dijimos: aquí es donde queremos vivir!. Caminamos un par de cuadras pero empezó a llover así que no fue mucho lo que pudimos hacer, pues decidimos regresarnos al terminal y retornar a Montreal, aunque a la larga fue mucho lo que ganamos con esa ida, pues en nuestros corazones se sembró la convicción de que era en Longueuil donde íbamos a vivir.
Esa noche, Gail nos preguntó sobre el apto en Verdun, le contamos que lo habíamos descartado, e hicimos hincapié en que queríamos vivir en Longueuil, ella nos dio argumentos de que Montreal era mejor, pero igual nos dijo que ella conocía a alguien que nos podía ayudar en Longueuil.
Pasaban los días y ella no encontraba el dato de la persona, hasta que por fin, nos llamó y nos dijo que teníamos una cita con un tal Yves, pero que él sólo hablaba francés. Ce n'est pas problem!
Decidimos que solo yo iba a ir a la cita, cuando llegue a Longueuil volví a tener esa bonita sensación de paz, tomé el bus y lo que veía por las ventanas me gustaba, me bajé en la esquina indicada y llegué al edificio del sr Yves.
Obviamente yo también estaba preocupado por ello, por el tema de la vivienda, pero tenía Fe de que Dios tenia algo para nosotros (en quien mas podíamos confiar?). Y ahí fue cuando todo comenzó a pasar. Ali, uno de los co-locatarios de la casa de Gail, nos preguntó si ya habíamos encontrado apartamento, le dije que no, pero que nos gustaría mas en Longueuil (hasta la fecha no conocíamos Longueuil, pero era una idea casi obsesiva que yo tenia en la cabeza), el nos ofreció su computador para que miráramos y buscáramos apartamentos en Longueuil vía internet; lastimosamente su desinteresada acción no tuvo repercusión, pues a los que llamábamos nos decían que ya habían sido arrendados o caíamos en el “Lost in Translation”.
Varias personas nos contaban sus historias de cómo habían encontrado apartamento y demás, esa noche yo le decía a Dios: quiero mi milagro!!!
Al día siguiente decidimos irnos a Longueuil por nosotros mismos a ver si personalmente era mas sencillo que por teléfono. Tan pronto salimos del terminal, yo sentí una paz inmensa, y con Mafe dijimos: aquí es donde queremos vivir!. Caminamos un par de cuadras pero empezó a llover así que no fue mucho lo que pudimos hacer, pues decidimos regresarnos al terminal y retornar a Montreal, aunque a la larga fue mucho lo que ganamos con esa ida, pues en nuestros corazones se sembró la convicción de que era en Longueuil donde íbamos a vivir.
Esa noche, Gail nos preguntó sobre el apto en Verdun, le contamos que lo habíamos descartado, e hicimos hincapié en que queríamos vivir en Longueuil, ella nos dio argumentos de que Montreal era mejor, pero igual nos dijo que ella conocía a alguien que nos podía ayudar en Longueuil.
Pasaban los días y ella no encontraba el dato de la persona, hasta que por fin, nos llamó y nos dijo que teníamos una cita con un tal Yves, pero que él sólo hablaba francés. Ce n'est pas problem!
Decidimos que solo yo iba a ir a la cita, cuando llegue a Longueuil volví a tener esa bonita sensación de paz, tomé el bus y lo que veía por las ventanas me gustaba, me bajé en la esquina indicada y llegué al edificio del sr Yves.
Un año después…
Me acuerdo cuando era pequeño y en las telenovelas o en las series aparecía el letrero de “Un Año Después…”, era intrigante saber que había pasado con los personajes en ese hipotético brinco de tiempo, uno se emocionaba por saber si los buenos seguían siendo buenos, si los malos habían aprendido la lección, cuánto habían crecido los niños, etc. Pero quizá lo que mas causaba curiosidad era por saber de que manera les había sonreído el destino a los protagonistas…
… Bueno, pues ha sido un largo año en donde nuestras vidas han cambiado de una forma tremenda, en donde día a día hemos agradecido a Dios por la manera en que nos ha cuidado y nos ha guiado, y sobre todo por la manera como nos ha hecho crecer como personas, como familia y como cristianos.
Si bien no es fácil emigrar y comenzar de ceros tu vida, estar de Su mano te da una tranquilidad tacita, que esta ahí permanentemente y que te permite descansar en El.
Que ha pasado?… de todo, pero siempre cosas muy positivas, y en cada una de ellas está siempre visible la mano de Dios; que cada uno juzgue, he aquí el relato:
… Bueno, pues ha sido un largo año en donde nuestras vidas han cambiado de una forma tremenda, en donde día a día hemos agradecido a Dios por la manera en que nos ha cuidado y nos ha guiado, y sobre todo por la manera como nos ha hecho crecer como personas, como familia y como cristianos.
Si bien no es fácil emigrar y comenzar de ceros tu vida, estar de Su mano te da una tranquilidad tacita, que esta ahí permanentemente y que te permite descansar en El.
Que ha pasado?… de todo, pero siempre cosas muy positivas, y en cada una de ellas está siempre visible la mano de Dios; que cada uno juzgue, he aquí el relato:
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