sábado, 14 de noviembre de 2009

Tiempo de decir adiós…

Quizá la etapa mas dura y la que mas habíamos menospreciado era la de las despedidas, no caímos en cuenta de ello hasta que por fin compramos los pasajes.

El día que recibimos la llamada de la embajada, fue el mismo día que tuvimos que recoger los pasaportes visados, la emoción era tremenda, ese día tuvimos la suerte de contar con un carro que nos presto un amigo muy allegado y así pudimos desplazarnos mas cómodamente a la embajada canadiense. Recogimos nuestros pasaportes (era mas la emoción en torno a ello que la ceremonia de recepción), salimos de allá con una emoción tremenda, por fin lo que tanto esperábamos estaba en nuestras manos y nada ni nadie nos podía quitar la felicidad.

De camino a la casa comenzamos a llamar a todo el mundo por el celular para contarles la nueva buena, lo curioso fue que nos quedamos sin minutos rápido y toco comenzar a timbrarle a todos para que nos devolvieran las llamadas y contarles. Las llamadas mas duras fueron a nuestras respectivas madres… para ellas fue alegría, pero les ganaba la tristeza…

Al día siguiente fuimos a comprar los pasajes… la verdad no lo podíamos creer ya teníamos fecha para el viaje, 24 de Septiembre a las 11pm, desde acá comenzaba la cuenta regresiva a nuestro destino.

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