sábado, 20 de febrero de 2010

Dios mío, que hice?

En sólo 5 segundos de análisis pude diagnosticar lo que sentía… me estaba deprimiendo, no por la lejanía de la familia pues realmente no soy muy apegado a la gente que digamos, sino mas bien era como si todos los temores a lo nuevo se me hubieran despertado en ese momento, además sentía una responsabilidad, la responsabilidad por la vida de ellos dos.

Yo quería sentir tranquilidad, pero no podía, quería darle valor a todo lo que habíamos logrado, pero a veces tu mismo eres tu peor critico.

A las 8 pm se despertaron los dos, comimos, y de nuevo Mateo se quedó profundo. Seguido por Mafe y yo aún no lograba conciliar el sueño… me puse a orar como jamás lo había hecho y logré estar tranquilo, a la 1 am me dormí vencido por el cansancio.

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