Quizá sea un poco prematuro hablar de despedidas cuando recién comenzamos el proceso, claro que hay que andar en fe, pero tampoco!
Con la llegada de Mateo y el inicio del proceso, he tenido la idea en la cabeza de vender mi carro. Aunque hasta ahora realmente doy el paso para hacerlo… es duro, sobre todo con un carro como el mío, pero cuando miras la realidad de que ya casi ni lo sacaba y ahora que con Mateo es toda una odisea entrar todos al carro, pues ni siquiera el coche cabe.
Uno no debe ser ingrato con las cosas, y menos cuando éstas han sido un regalo de Dios, para mi poner en venta el carro no era hacer eso y ya… sobre todo un MINI. Yo sentía que había que hacerle una despedida, y por fin se dio el momento, ya que organizaron una exhibición de clásicos y me invitaron y pues ese era el mejor lugar y la mejor ocasión para darle la despedida al carrito y presentar en sociedad a Mateo. Era casi como organizarle una despedida con sus amigos, era despedirlo en su ambiente, porque los MINIs nacieron para eso: para ser observados y exhibidos.
Tener un MINI es una experiencia tremenda, en cada semáforo la gente asoma sus cabezas por las ventanas para verlo; le alegras el día a alguien, hasta se apropian de él y te lo cuidan como me ocurría con los vigilantes de donde vivía antes. Me da tristeza tener que decirle adiós, pero tengo otras prioridades ahorita en mi vida.
Con la llegada de Mateo y el inicio del proceso, he tenido la idea en la cabeza de vender mi carro. Aunque hasta ahora realmente doy el paso para hacerlo… es duro, sobre todo con un carro como el mío, pero cuando miras la realidad de que ya casi ni lo sacaba y ahora que con Mateo es toda una odisea entrar todos al carro, pues ni siquiera el coche cabe.
Uno no debe ser ingrato con las cosas, y menos cuando éstas han sido un regalo de Dios, para mi poner en venta el carro no era hacer eso y ya… sobre todo un MINI. Yo sentía que había que hacerle una despedida, y por fin se dio el momento, ya que organizaron una exhibición de clásicos y me invitaron y pues ese era el mejor lugar y la mejor ocasión para darle la despedida al carrito y presentar en sociedad a Mateo. Era casi como organizarle una despedida con sus amigos, era despedirlo en su ambiente, porque los MINIs nacieron para eso: para ser observados y exhibidos.
Tener un MINI es una experiencia tremenda, en cada semáforo la gente asoma sus cabezas por las ventanas para verlo; le alegras el día a alguien, hasta se apropian de él y te lo cuidan como me ocurría con los vigilantes de donde vivía antes. Me da tristeza tener que decirle adiós, pero tengo otras prioridades ahorita en mi vida.
3 comentarios:
Que triste debio ser.... a mi me ENCANTAN los mini cooper. No tengo uno y ya pensar en venderlo me da una cosa horrible.
Pero tranquilo, tal vez aqui tengas otro y mas nuevecito jejeje. Son preciosos!
jajajajaja, gracias Anne, si sería muy lindo tener uno nuevo, pero como un MINI clásico no hay dos =(
La verdad ya ni lo sacaba, porque esta ciudad es demasiado caótica para manejar, como buena ciudad latinoamericana y más als de la zona bolivariana, acá todos creen que tener la vía es un derecho propio y peor aún, un derecho natural del 'más vivo'. Yo llegaba super estersado de manejra siempre, además de los trancones monumentales y los huecos o alcantarillas destapadas que son el pan de cada día por culpa de la corrupción... Por favor, cuéntanos cómo es el tema de movilidad allá!
uy sorry por no haber venido antes.
aqui la gente maneja igual de loco, a su estilo loquistico pero loco, eso si, prestan bastante atencion a los peatones, tenemos prioridad, del resto, es lo mismo, un poquito mejor que en suramerica pero igual hay trancones, huecos...
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