Siempre me ha gustado ese galicismo que hemos adoptado los inmigrantes de habla hispana, de hecho jamás había escuchado algo así, ni cuando estudié francés en la universidad por allá mucho tiempo atrás cuando ni siquiera pensaba que algún día me iba a meter de cabeza en un proceso de inmigración y menos con Canadá. Lo que más recuerdo y que también me gustó mucho en esa época de aprendizaje de Francés en la U, era cuando hacían los días de la francofonía, esa palabra me encantaba y las jornadas como tal eran divertidas, ya que los estudiantes de lenguas de la Universidad nacional organizaban una feria dónde vendían postres típicos franceses, libros en francés, o daban charlas sobre los países francófonos y sus culturas… la verdad jamás me inscribí a una de esas charlas, porque siempre se me cruzaba con alguna materia.
Jamás me imaginé tampoco estar estudiando de nuevo la lengua francesa, ya no por gusto solamente, sino por necesidad y menos aún, acompañado por la mujer de mi vida.
Y si quiero llegar un poco más lejos, jamás me imaginé llegar a estudiar la lengua que tanto me gustaba, patrocinado por un gobierno francófono!
Siempre que alguien me pregunta sobre dónde estamos estudiando el idioma, yo digo con demasiado orgullo: -en unas clases virtuales que nos da el gobierno de Quebec, para que lleguemos bien preparados y podernos adaptar mejor-. Luego remato diciendo: -es que allá piensan hasta en eso, y hasta invierten en eso… no como acá-
La “francisación” es un derecho y un privilegio que obtienes después de lograr tu CSQ, con tu CSQ te dan un código el cuál ingresas en la página oficial de la “francisación” dos meses después de obtener dicho certificado; esperas a que te activen el usuario y puedas ingresar, haces tu test de clasificación y a esperar algo menos de tres semanas para que te adjudiquen un tutor y te ubiquen en un grupo de estudio.
Hasta ahí todo normal dentro de cualquier aprendizaje vía online, pero lo más interesante de todo es la forma en que te enseñan francés, ya que no es la típica clase dónde te ponen a repetir como borrego que “Pierre ve la televisión” o algún otro ejemplo por el estilo, sino que aprendes gramática al tiempo que aprendes sobre la cotidianidad de Quebec, y no sólo una cotidianidad típica, sino la que nos concierne como “inmigrantes trabajadores”, puesto que te enseñan por ejemplo a armar tu CV o prepararte para una entrevista de trabajo, a realizar la carta de presentación, sobre el “Bail” y la búsqueda de hogar, sobre la educación continuada en el medio de trabajo; sobre todo este último me ha parecido super-interesante, ya que me encanta cómo el gobierno y las instituciones se preocupan por que la gente siga su crecimiento en conocimientos y mantenga una vigencia cognoscitiva sobre su labor a partir de estos cursos optativos.
Casi que por cada actividad hay que realizar una tarea, ya sea escrita, oral o de interacción (en un foro de la misma plataforma), y no son cualquier tarea, o al menos así lo he asumido yo en lo personal y en cada tarea trato de hacer mi mejor trabajo. Mucho ha colaborado a esto el que he contado con un profesor bastante dedicado y receptivo.
Al final de cada módulo se lleva a cabo una clase virtual, la cuál compartes con otros estudiantes de tu módulo y es dirigida por tu profesor o tutor y en la cuál se debe desarrollar alguna actividad de roles para poder poner en práctica no sólo la parte gramatical aprendida, sino también el conocimiento sobre Quebec que les mencionaba anteriormente. La anterior clase virtual que tuve, sólo pudimos asistir Leyla (peruana), el profesor y yo, así que nos tocó entre los dos (ella y yo) llevar a cabo un juego de roles sobre “le logement”, ella hacía de arrendataria y yo de co-propietario y debatíamos sobre ciertos arreglos que realizar en el inmueble, sobre su duración, sobre las medidas que hay que tomar al respecto, etc. Bastante divertido.
Cuando tengan acceso a su “francisación” jamás olviden lo privilegiados que son por contar con esta ayuda invaluable para su adaptación.