domingo, 24 de enero de 2010

Gail Sabraw

Hi Everybody! Fueron las primeras palabras de Gail (la persona que nos recogía en Montreal).

Gail es conocida mundialmente, y en Colombia las opiniones sobre ella eran demasiado divididas, por lo que no sabíamos que esperar de la estadía en uno de sus alojamientos. Nosotros recurrimos a ella, porque faltaban dos semanas para nuestro viaje y no encontrábamos nada, además que tampoco queríamos arrendar a un año sin conocer el lugar, las condiciones del inmueble, etc.

Durante el recorrido desde el aeropuerto hasta la casa, ella no paró de hablar, yo no quería casi prestarle atención por lo que estaba tan cansado, además tenia a Mateo alzado y trataba de concentrarme en él para que se comportara juicioso dentro del carro. MaFe que maneja el ingles mejor que yo, iba conversando con ella y con Mabel.

La primera impresión de Montreal fue tremenda, todo limpio, todo organizado, el comportamiento vehicular en las calles me tenia sorprendido, en fin, hasta ahí iba maravillado, pero había algo que me picaba…

De un momento a otro Gail se detuvo en un edificio del gobierno.. Creo que por LaSalle, y nos dijo que ahí podíamos hacer la primera vuelta, el NAS, que ella nos iba a esperar en el carro, y que fuéramos a hacerla cuanto antes. La verdad no lo esperábamos, como les decía, íbamos súper cansados y con mucho sueño, ya eran casi las 2 de la tarde y no habíamos almorzado; pero igual esa era una oferta que no podíamos rehusar, así que hicimos caso e iniciamos la diligencia, la cual no tardó mas de 1 hora, pero fue una hora eterna debido al agotamiento que llevábamos. Mabel nos colaboró estando con Mateo mientras nosotros adelantábamos todo lo referente al NAS.
Acto seguido, volvimos al carro de Gail y ella siguió hablando sin parar hasta que por fin llegamos a nuestro alojamiento temporal.

Pierre-Elliot Trudeau



Gracias a Dios desde que habíamos comprado los pasajes, yo había previsto una conexión de 4 horas, y el tiempo fue suficiente debido a todos los contratiempos que vivimos en el aeropuerto de Toronto.

Nos quedaba casi una hora, como les decía, Mateo estaba super activo y no era para menos, así que saqué fuerzas de donde no quedaban y traté de pasármela todo el rato con él mientras que MaFe se quedaba con el equipaje de mano. Caminé detrás de Mateo por toda el ala de conexiones del aeropuerto, mucha gente lo saludaba, le sonreía, el se maravillaba con muchas cosas, y yo estaba que me caía del sueño.

Jugando con él, algo le llamó la atención en el suelo, era una placa en bronce con una frase inscrita en ella, decía algo así como: Y todo inició con un sueño, el sueño de volar alto….
Me fue inevitable dejar correr un par de lagrimas, viendo reflejada en esa frase toda la ilusión del proceso, de nuestro proceso; leer esa frase me trajo miles de recuerdos de los últimos dos años, de esos dos años enteros de proceso que vivimos.

Ya no di mas y me fui a sentar junto con MaFe, pusimos a Mateo en el coche y se quedo dormido, MaFe se recostó sobre mi hombro y se durmió también… yo no pude por estar cuidando de ellos y de las maletas (quede paranoico después de la cuasi-perdida que habíamos vivido). Ese, fue un momento muy bonito, porque los veía tan vulnerables, y me veía desde una perspectiva en tercera persona y sentía que Dios estaba allí velando por nosotros de la misma manera.

30 minutos después, abordamos el vuelo de conexión, otros 30 minutos después ya estábamos en el aeropuerto Pierre Elliot Trudeau de Montreal, el cual es mas pequeño y por lo tanto mas fácil de manejarse en él.

Me quedaba solo una gran incertidumbre: quién nos iba a recoger en Montreal, si yo había perdido el teléfono de la persona?, y peor aún, cómo haríamos para llegar a donde teníamos que llegar si yo había perdido también la dirección?. Como seria mi preocupación, y el estado de somnolencia, que estábamos a 10 metros de la salida del aeropuerto, cuando de pronto me di cuenta que algo faltaba… y grité: Las Maletas!!!!!, habíamos olvidado reclamarlas, pero todo se solucionó fácil, hablé con un agente de Air Canadá (mi primer fogueo en francés) y en menos de nada, ya las teníamos con nosotros.

Decimos irnos hacia el ala de comidas, a pensar a ver que hacíamos y si era necesario, de pronto abrir las maletas ahí y continuar la búsqueda del papelito con los datos de la persona y/o la dirección del alojamiento temporal. De repente, de frente me topo con Mabel… si, nuestra vecina de Bogotá, quien hacia un mes estaba en Montreal. El alma me volvió al cuerpo, porque realmente estaba ya estresado de pensar cómo hacerle y para donde coger.

Mabel le había dicho a MaFe que de pronto iba a buscarnos en el aeropuerto, que iba a averiguar como llegar hasta allá a ver si podía, yo había descartado esa probabilidad, pues la veía muy relativa y lejana; pero gracias a Dios si llegó, pues era ella quien nos había hecho el contacto de la persona que nos arrendó temporalmente el alojamiento, por lo tanto ella tenia su número de celular y la dirección!
Acto seguido, ella llamó al contacto y la persona estaba afuera esperándonos.